Francisca Rodríguez Huerta, oriunda de antigua localidad rural de Lo Espejo en Santiago. Trabajó en el campo desde muy temprana edad. Llegó al sindicalismo en un periodo en que fue empleada de la Compañía de Correos y Telégrafos, lo que posteriormente la llevó a trabajar en el Departamento Juvenil de la CUT. Desde ahí se vincula con los sindicatos campesinos y la Confederación Ranquil. Desde antes de la dictadura, enfocó su labor en el movimiento de mujeres como encargada femenina de la Juventudes Comunistas, para después trabajar con mujeres del campo, labor que continúa hasta hoy en la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI.
Producción General: Museo de la Memoria y los Derechos Humanos